lunes, 29 de octubre de 2012

Amares

 De Platón a Belén Esteban, de Erich Fromm a Federico Moccia, de Ovidio a José Luis Perales, de "Madame Bovary" a "Amar en tiempos revueltos", el amor genera ríos de tinta, océanos de lágrimas, mares de poemas, y la maté porque era Mía, que diría Woody Allen de su anterior pareja.
Considero la palabra "amor" un término manoseado en exceso y, paradójicamente, que no utilizamos en toda su amplitud. Con frecuencia lo encontramos secuestrado, en manos  del amor romántico de pareja. Hay quien ama a su animal de compañía y, también, a un perro, un gato, un caballo, un hámster...Existe el amor paterno-filial, el amor hacia una actividad gratificante, hacia un amigo (hacia una amiga, mucho más), el de aquel que se entrega en una labor de servicio a los otros. Distintas expresiones salidas de una misma matriz, que pueden ocasionar desde una guerra de Troya, hasta un viaje a África a convivir con los mosquitos. No en vano "mueve el Sol y las estrellas", nos dice el divino Dante.
Por eso algunos estamos parados.

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