viernes, 21 de noviembre de 2014

De paso



Paseando por Xixón, veo un tablón (de anuncios) delante de una sidrería -"La Pumarada", en El Llano-: "Cena romántica gratuita. Traiga a su mujer, su novia y su amante, y no pague: ¡¡ Igual hasta cobra!!". Ye inevitable recordar aquella frase de Groucho Marx: "Brindemos por nuestras novias. Y por nuestras amantes. ¡Y porque nunca se encuentren!"
Unos metros más allá, encuentro una tienda en la que hacen arreglos de ropa: "Se hacen arreglos de ropa. Bajos de pantalones, cremalleras. Hacemos faldas y cortinas". Hombre, yo encantao. Y cuanto más cortinas mejor. Pero que tengan en cuentan que vamos pal invierno...
Unos minutos después, encuentro a una señora mendigando (un mobiliario urbano/humano tan habitual en estos tiempos aciagos), sentada sobre lo que, hace tiempo, fue un cartel publicitario. Mi acostumbrada compulsión lectora me lleva a descifrar el anuncio: "¡Obesidad! ¡Sobrepeso mórbido! ¡ Problemas de colesterol! La dieta científica del Dr. Kerssel le soluciona sus problemas." La vida, tan cruda en tantas ocasiones, empeñada en inyectar unas gotas de surrealismo que aligeren los pesares...

Simon Leys






El escritor y sinólogo (estudioso de la cultura china) Simon Leys publicó un libro recopilatorio de sus habituales colaboraciones en revistas culturales. Se titula "La felicidad de los pececillos". La obra ye una delicia -se puede encontrar en las benditas bibliotecas públicas-, rebosante de cultura y amenidad (valga la redundancia). Búscala.
Pues bien, en ese libro el autor dice, por ejemplo, que no hay que confundir "lo serio" con "lo profundo". Y compara ciertos editoriales de prensa que, en definitiva, resultan superficiales, y, por contra, algunas viñetas, verdaderas cargas de profundidad. ¡Cómo no pensar en el País, y el viñetista El Roto!
Habla Leys, por ejemplo, de la ola de indignación que sufren a menudo los fumadores -a menudo, los ex fumadores son los más furibundos- y cuenta un par de sabrosas anécdotas. Pondré aquí una (la otra ye algo escatológica, y quizá tas leyendo esto mientras comes un bocadillo de calamares...)
Resulta que en un tren centroeuropeo, rústico y parsimonioso, viajaban apelotonados un montón de personas. En un compartimento, una pareja se dedicaba con entusiasmo a darse cariño; el cariño fue subiendo en intensidad, hasta que la cosa llegó a lo que los franceses, tan glamourosos ellos, llaman "hacer el amor". Todo ello ante la imperturbabilidad de los compañeros de trayecto. Pero el conflicto llegó cuando, tras el acto sexual, la pareja se puso a echar el cigarrillo de rigor...Entonces estalló "ladediós": estaba prohibido fumar.
Y es que, por ahí p,arriba, sí que tienen claro lo que ye bueno pa la salud...

jueves, 6 de noviembre de 2014

Nervios

Parece ser que las encuestas están poniendo nervioso al bipartidismo/chollo. El titular del País del domingo decía: "Podemos supera a PP y PSOE en intención de voto, impulsado por la ira ciudadana". A esto de dar opiniones, interpretando la noticia dentro de un titular informativo, se le llama MANIPULACIÓN. El lugar de la visión periodística acerca de lo que se informa, es el EDITORIAL. Luego, naturalmente, están los columnistas, con nombre, apellidos y opiniones propias. Como decía el añorado Vázquez Montalbán, hace mucha falta enseñar en las escuelas a leer el periódico. Efectivamente, para que no te manipulen.
Por desgracia, falta todo un año para las elecciones generales, con lo que hay margen suficiente para que cuatro medidas populistas, junto con la utilización consiguiente de los medios de comunicación como altavoces propagandísticos, hagan volver "las aguas a su cauce". Ya sabemos que éste es un país -o lo que sea- de muy frágil memoria. Supongo que entonces el País titulará algo así como: El PP y el PSOE recuperan votos, impulsados por el sentido común".
Una opinión muy particular -tanto, que ye mía- me hace pensar que las sociedades en las cuales el peso de la religión es decisivo (mismamente, la nuestra, pese a Almodóvar, Torrente y otras exquisitas modernidades), tienden a condenar menos los delitos de la maleta (y su turismo suizo, por ejemplo) que los pecados de la bragueta. Véase, yendo más lejos, a EE.UU. y su puritanismo, que se escandaliza con las aventuras adulterinas de sus presidentes, mientras jalea, con entusiasmo infantil, los obscenos bombardeos "democráticos" del negocio militar...
La megacorrupción a la que asistimos sería vista con cierta indulgencia -cuando no envidia- si hubiese sucedido hace unos años. Lo que hace que el cabreo de la peña esté en lo más alto, es que el robo va acompañado de un desmantelamiento del Estado de Bienestar, de una situación social de penuria insoportable, de marisco para unos pocos y hambre para unos muchos.