viernes, 21 de noviembre de 2014

Simon Leys






El escritor y sinólogo (estudioso de la cultura china) Simon Leys publicó un libro recopilatorio de sus habituales colaboraciones en revistas culturales. Se titula "La felicidad de los pececillos". La obra ye una delicia -se puede encontrar en las benditas bibliotecas públicas-, rebosante de cultura y amenidad (valga la redundancia). Búscala.
Pues bien, en ese libro el autor dice, por ejemplo, que no hay que confundir "lo serio" con "lo profundo". Y compara ciertos editoriales de prensa que, en definitiva, resultan superficiales, y, por contra, algunas viñetas, verdaderas cargas de profundidad. ¡Cómo no pensar en el País, y el viñetista El Roto!
Habla Leys, por ejemplo, de la ola de indignación que sufren a menudo los fumadores -a menudo, los ex fumadores son los más furibundos- y cuenta un par de sabrosas anécdotas. Pondré aquí una (la otra ye algo escatológica, y quizá tas leyendo esto mientras comes un bocadillo de calamares...)
Resulta que en un tren centroeuropeo, rústico y parsimonioso, viajaban apelotonados un montón de personas. En un compartimento, una pareja se dedicaba con entusiasmo a darse cariño; el cariño fue subiendo en intensidad, hasta que la cosa llegó a lo que los franceses, tan glamourosos ellos, llaman "hacer el amor". Todo ello ante la imperturbabilidad de los compañeros de trayecto. Pero el conflicto llegó cuando, tras el acto sexual, la pareja se puso a echar el cigarrillo de rigor...Entonces estalló "ladediós": estaba prohibido fumar.
Y es que, por ahí p,arriba, sí que tienen claro lo que ye bueno pa la salud...

No hay comentarios:

Publicar un comentario