jueves, 18 de diciembre de 2014

Cuento de Navidad (Pesadilla erótica)



CUENTO DE NAVIDAD (Pesadilla erótica)

Nunca olvidaré aquellas navidades. Ni siquiera con la ayuda de aquella psicoterapeuta a la que acudí (se llamaba Belén, curiosamente), y que me aplicó un tratamiento homeopático consistente en tumbarme en el sofá y ponerme villancicos. El recuerdo traumático de aquellos días lo tenía arrumbado en ese lugar donde, no es que habite el olvido, sino el escarnio más vergonzoso. El otro día, una entrada de Facebook me lo trajo de nuevo a la memoria. Tal vez el contarlo aquí me sirva de terapia, y consiga dejar definitivamente atrás aquella humillación.
Corría el año 1982. A mis veintisiete años, aquellas navidades decidí poner coto a mi miopía galopante, y fui a por unas gafas. "Necesito gafas", dije al entrar. "Yo también", me respondieron. "Pero esto ye una carnicería: Navarro Óptico ta al lao".
Total que entré en la famosa óptica y, con mi verborrea habitual, mientras esperaba a que me atendiesen, entablé un diálogo con una cliente: treinta y pico años, bien llevaos (me pareció a mí, que aún no tenía las gafas). Pronto comprobamos que éramos almas gemelas, de pensamiento profundo, lejos de frivolidades: enseguida comentamos el ridículo papel realizado por la selección española de fútbol en su Mundial. Al final, salimos y fuimos a tomar algo. Y tomamos algo más.
La cosa terminó en su casa. Acostumbrado, con mi exótica belleza, a intimidar más que a intimar, asistía perplejo a mi inesperado éxito sentimental. Más tarde encontraría la explicación: los dos habíamos intercambiado nuestras gafas. Y ahora es el momento de confesar el duro golpe que mancilló definitivamente mi autoestima. ¡Valor!:
En el momento de máxima intimidad, acercándose la culminación del éxtasis (si hay niños leyendo esto, quítalos), en una cama acompañada de una mesita decorada con la cabra de la Legión (su hermano era sargento), con una figura de Naranjito (la mascota del Mundial) y una foto dedicada de Luis Aragonés, Eladia -su nombre es el de mis pesadillas- se puso a aplaudir. Como te lo digo. Naturalmente, me sentí como aquel del Titanic: el rey del mundo.
La vanidad me duró pocos segundos: los que tardé en ver salir, de las orejas de Eladia, unos auriculares marca Toshiba que se perdían bajo la almohada, donde descubrí que dormía un pequeño cassette de la época.
¡Con razón me parecía oír, en pleno ejercicio de amor, una voz que decía..."¡¡Libre....¡¡" que atribuí a la enajenación de un momento tan especial. ¡¡Nino Bravo transmutado en Cupido!!
¿Tendrá remedio lo mío? ¿Lo contaré en "Sálvamedelús"? ¿Cantará otra vez Rapha en la tele navideña? Todos son preguntas...

Feliz Navidad.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Propósitos de enmienda...

DESEOS Y PROPÓSITOS PARA UN AÑO NUEVO
Que la marea de la vida  lleve mis heridas a la playa del olvido...
Que  la alegría no tenga orden de alejamiento de mi corazón...
Que siempre el dolor sea fuente de magisterio, y nunca causa de amargura...
Que el cálido latido del humilde gane por goleada al ruido obsceno del poderoso...
Que la barca del tiempo nunca se lleve el recuerdo de mis seres queridos...
Que la gélida estadística sucumba ante la fuerza luminosa del ser humano...
Que la Ternura sea la Reina, y la Codicia tenga orden de extradición...
Que sepa perdonarme a mí mismo, para así saber perdonar a los demás...
Que la compasión y la lucidez sean pareja de hecho, y vivan en mi corazón...
Que, si algo me emociona, siga sin poder disimularlo...
Que sepa encontrar la palabra que abriga, y el silencio que acaricia...
Que mi mirada sea limpia, y que nunca mi ingenuidad sea violada por el escepticismo...
Que mis naufragios aumenten mi amor al mar...
Que nunca quiera suficiente a la gente que me quiere...
Que "Hoy" se apellide Regalo, y "Mañana" se llame "Ilusión"...
Que mi corazón no sepa latir sin el acompasado latido de otros corazones...


DESEOS Y
PROPÓSITOS PARA
UN AÑO NUEVO
Que la marea de la vida lleve
mis heridas a la playa del olvido...
Que la alegría no tenga orden de alejamiento de mi corazón...
Que siempre el dolor sea fuente de magisterio, y nunca causa de amargura...
Que el cálido latido del humilde gane por goleada al ruido obsceno del poderoso...
Que la barca del tiempo
nunca se lleve el recuerdo de mis seres queridos...
Que la gélida estadística sucumba ante la fuerza del luminoso ser humano...
Que la Ternura sea la Reina, y la Codicia tenga orden de extradición...Que sepa
perdonarme a mí mismo, para así saber perdonar a los demás...
Que la compasión y la lucidez
sean pareja de hecho, y vivan en mi corazón...
Que, si algo me emociona, siga sin poder disimularlo...
Que sepa encontrar la palabra que abriga, y el silencio que acaricia...
Que mi mirada sea limpia, y que nunca mi ingenuidad sea violada por el
escepticismo...
Que mis naufragios aumenten mi amor al mar...
Que nunca quiera suficiente a la gente que me quiere...
Que "Hoy" se apellide Regalo, y "Mañana" se llame "Ilusión"...
Que mi corazón no sepa latir sin el acompasado latido de otros corazones...


El dulce sabor de las manzanas verdes


 
Tenía uno en la adolescencia una afición inquebrantable a ir con la pandilla a robar manzanas. Daba igual que en casa hubiera un montón de ellas, muy sabrosas, sobre la mesa, esperando a que les hincáramos el diente. De lo que se trataba era de vivir la aventura, el riesgo de la persecución, con el dueño de la pomarada pisándote los talones, una vara en la mano y toda nuestra familia en la boca. No sé si aún la chavalería practica este deporte; supongo que no. De todas formas..., con la innovación pedagógica que traen los tiempos, me imagino la escena al revés: el paisano escapando, mientras los guajes le llaman de todo (incluso "Pequeñonicolás).
Alguno de vosotros recordará aún aquella anécdota (los protagonistas la elevarían a la categoría de "incidente") en la que el actor británico Hugh Grant fue detenido (en todas sus acepciones) en un parque público de EE.UU., mientras realizaba actos privados con una "trabajadora del amor". Días después, un periodista le hizo una pregunta típicamente norteamericana: "¿Va ahora usted a un psicoterapeuta?" "No, en Inglaterra leemos novelas", replicó el actor.
No es una simple ocurrencia. Carl Jung lo explicaba muy bien: "Cuando un individuo pierde contacto con el universo mítico y su vida se ve así reducida al sólo dominio de los hechos, su salud mental se encuentra en grave peligro". La ficción, como fundamental asidero para, paradójicamente, no perder contacto con la realidad, para no volverse loco.
Y ..¿qué tiene que ver lo de Hugh Grant y su erotismo clandestino con las manzanas infantiles y el agridulce sabor del peligro? Cuando fue detenido, el actor británico era la pareja de Liz Hurley, una manzana más que apetitosa. Pero... ni punto de comparación con la posibilidad de morder la fruta de la transgresión, la manzana prohibida por la decencia pública y el rancio puritanismo norteamericano.
P.D. En la imagen, la sabrosa manzana casera...

viernes, 21 de noviembre de 2014

De paso



Paseando por Xixón, veo un tablón (de anuncios) delante de una sidrería -"La Pumarada", en El Llano-: "Cena romántica gratuita. Traiga a su mujer, su novia y su amante, y no pague: ¡¡ Igual hasta cobra!!". Ye inevitable recordar aquella frase de Groucho Marx: "Brindemos por nuestras novias. Y por nuestras amantes. ¡Y porque nunca se encuentren!"
Unos metros más allá, encuentro una tienda en la que hacen arreglos de ropa: "Se hacen arreglos de ropa. Bajos de pantalones, cremalleras. Hacemos faldas y cortinas". Hombre, yo encantao. Y cuanto más cortinas mejor. Pero que tengan en cuentan que vamos pal invierno...
Unos minutos después, encuentro a una señora mendigando (un mobiliario urbano/humano tan habitual en estos tiempos aciagos), sentada sobre lo que, hace tiempo, fue un cartel publicitario. Mi acostumbrada compulsión lectora me lleva a descifrar el anuncio: "¡Obesidad! ¡Sobrepeso mórbido! ¡ Problemas de colesterol! La dieta científica del Dr. Kerssel le soluciona sus problemas." La vida, tan cruda en tantas ocasiones, empeñada en inyectar unas gotas de surrealismo que aligeren los pesares...

Simon Leys






El escritor y sinólogo (estudioso de la cultura china) Simon Leys publicó un libro recopilatorio de sus habituales colaboraciones en revistas culturales. Se titula "La felicidad de los pececillos". La obra ye una delicia -se puede encontrar en las benditas bibliotecas públicas-, rebosante de cultura y amenidad (valga la redundancia). Búscala.
Pues bien, en ese libro el autor dice, por ejemplo, que no hay que confundir "lo serio" con "lo profundo". Y compara ciertos editoriales de prensa que, en definitiva, resultan superficiales, y, por contra, algunas viñetas, verdaderas cargas de profundidad. ¡Cómo no pensar en el País, y el viñetista El Roto!
Habla Leys, por ejemplo, de la ola de indignación que sufren a menudo los fumadores -a menudo, los ex fumadores son los más furibundos- y cuenta un par de sabrosas anécdotas. Pondré aquí una (la otra ye algo escatológica, y quizá tas leyendo esto mientras comes un bocadillo de calamares...)
Resulta que en un tren centroeuropeo, rústico y parsimonioso, viajaban apelotonados un montón de personas. En un compartimento, una pareja se dedicaba con entusiasmo a darse cariño; el cariño fue subiendo en intensidad, hasta que la cosa llegó a lo que los franceses, tan glamourosos ellos, llaman "hacer el amor". Todo ello ante la imperturbabilidad de los compañeros de trayecto. Pero el conflicto llegó cuando, tras el acto sexual, la pareja se puso a echar el cigarrillo de rigor...Entonces estalló "ladediós": estaba prohibido fumar.
Y es que, por ahí p,arriba, sí que tienen claro lo que ye bueno pa la salud...

jueves, 6 de noviembre de 2014

Nervios

Parece ser que las encuestas están poniendo nervioso al bipartidismo/chollo. El titular del País del domingo decía: "Podemos supera a PP y PSOE en intención de voto, impulsado por la ira ciudadana". A esto de dar opiniones, interpretando la noticia dentro de un titular informativo, se le llama MANIPULACIÓN. El lugar de la visión periodística acerca de lo que se informa, es el EDITORIAL. Luego, naturalmente, están los columnistas, con nombre, apellidos y opiniones propias. Como decía el añorado Vázquez Montalbán, hace mucha falta enseñar en las escuelas a leer el periódico. Efectivamente, para que no te manipulen.
Por desgracia, falta todo un año para las elecciones generales, con lo que hay margen suficiente para que cuatro medidas populistas, junto con la utilización consiguiente de los medios de comunicación como altavoces propagandísticos, hagan volver "las aguas a su cauce". Ya sabemos que éste es un país -o lo que sea- de muy frágil memoria. Supongo que entonces el País titulará algo así como: El PP y el PSOE recuperan votos, impulsados por el sentido común".
Una opinión muy particular -tanto, que ye mía- me hace pensar que las sociedades en las cuales el peso de la religión es decisivo (mismamente, la nuestra, pese a Almodóvar, Torrente y otras exquisitas modernidades), tienden a condenar menos los delitos de la maleta (y su turismo suizo, por ejemplo) que los pecados de la bragueta. Véase, yendo más lejos, a EE.UU. y su puritanismo, que se escandaliza con las aventuras adulterinas de sus presidentes, mientras jalea, con entusiasmo infantil, los obscenos bombardeos "democráticos" del negocio militar...
La megacorrupción a la que asistimos sería vista con cierta indulgencia -cuando no envidia- si hubiese sucedido hace unos años. Lo que hace que el cabreo de la peña esté en lo más alto, es que el robo va acompañado de un desmantelamiento del Estado de Bienestar, de una situación social de penuria insoportable, de marisco para unos pocos y hambre para unos muchos.

lunes, 20 de octubre de 2014

El blues del autobús

Un autobús circula por las calles de Roma. Viajeros que leen, dormitan o miran sin ver la cotidiana belleza  de la Ciudad Eterna. De pronto, el conductor frena el vehículo: "¿Les importaría que girase ahora por esta calle lateral y fuese un momento a ver cómo se encuentra mi madre? Ya está mayor, y estos días andaba un poco mal...". Sonrisas, comprensión y asentimiento de los viajeros. Así que el autobús coge una ruta inesperada, y allí se va el conductor a ver a su "mamma". Total, son un par de kilómetros...
Veinte minutos después, el conductor da el "parte médico": la situación no es preocupante y, ante todo, "muchas gracias por su amabilidad y comprensión". La respuesta es una cerrada ovación por parte de los viajeros. La "mamma" es mucha "mamma" en Italia...
A miles de kilómetros de allí, en la ciudad de La Habana, otro autobús, la "guagua 68", acaba de pegar un violento frenazo, rompiendo la caribeña modorra de los que viajan en su interior. Surge alguna protesta, alguna maldición, hasta que conocen el motivo del sobresalto: una espléndida mujer que había cruzado la calle. Acto seguido, el conductor se baja ("Me disculpan, caballeros"), mientras que en el interior del vehículo se oyen aplausos y deseos de buena suerte. Caminando sin prisa, con cierto balanceo chulesco, el conductor se acerca a la muchacha, que, en la esquina, está recostada en la pared, comiendo un helado. Desde el autobús, los viajeros siguen la escena, sin perderse detalle. Cuando el conductor, tras dirigirle la palabra, recibe una sonrisa como respuesta, levanta el pulgar hacia el autobús, como gesto triunfal. La respuesta desde dentro es una cerrada ovación.
Pero cuando el conductor entra en la heladería, y sale con dos helados, hay ya un cierto "mosqueo" general. Se oye un toque empecinado de bocina, ante la indiferencia del conductor, que sigue a lo suyo.
Asumiendo la situación, una mujer avanza desde los asientos traseros y, cogiendo el volante, conduce imperturbable hasta que llega a su parada. Allí se baja y, en ese momento, otro pasajero toma el relevo. Y así continua el viaje hasta el final...
La primera anécdota se puede leer en "Historias de Roma", del periodista Enric González, antiguo corresponsal del País en la capital de Italia. La segunda, en "El libro de los abrazos", del escritor uruguayo Eduardo Galeano: pertenece a su microrrelato "Crónica de la Ciudad de La Habana".

Dos autobuses, anónimos en el tiempo, unidos en la distancia, porque "para la ternura siempre hay tiempo": el blues del autobús.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Apreciado Xixón

No sé si existe el más allá (espiritualmente hablando). Mi ignorancia me lleva al agnosticismo. Decía Borges que tanto el Cielo como el Infierno excedían los méritos del ser humano. Para Woody Allen, no existe el más allá, y tampoco es posible encontrar un electricista en Manhattan en los fines de semana. Pero, por si acaso, siempre anda con una muda limpia (no es que su pareja no hable). Bertrand Russell, una de las tres mentes más lúcidas del siglo XX -las otras dos son Albert Einstein y Leticia Sabater- compartía conmigo el agnosticismo. Filósofo, matemático y premio Nobel de Literatura (Russell, no yo), en uno de sus ingresos en prisión, tras participar en una de sus acostumbradas manifestaciones callejeras -era una persona de acendradas convicciones cívicas- respondió al funcionario de la cárcel,  que le interrogó acerca de la religión que practicaba: "Soy agnóstico", a lo que el otro contestó: "Una u otra, todos tenemos alguna religión".
No creo que exista el Cielo; el Infierno, era una famosa sidrería de Grao (¡qué alarde de cultura!). Lo que sí existe es el Paraíso: estoy en él y se llama Gijón. Los que viven aquí, como decía Oscar Wilde de los solteros millonarios, deberían de pagar unos impuestos más altos: son unos privilegiados.
Quiero dedicar esta entrada de forma especial a mis amigos Susana, Carlos, Xuaco, Lucía, Abel, Noemí, Delia, Carlos y Natan (espero no dejarme ninguno) que viven en Xixón, y a los que obviamente envidio por ello.

lunes, 30 de junio de 2014

Reflexiones y chorradas

Es frecuente que la vejez implique una guerra perdida no sólo con los sueños, sino también con el sueño. Así que cuando dejo de leer y me acuesto, acepto con resignación el asedio inclemente del insomnio. Ya sé que existen estrategias, eso de contar ovejas (soy tan duro, que son las ovejas las que me cuentan a mí), echar mano a la Valeriana (a un amigo mío le costó el divorcio), pero yo prefiero mirar a la cara al "enemigo". Y es entonces cuando me llega alguna que otra reflexión de andar por casa, que, si fuera alguna figura del espectáculo, el vulgo calificaría de "Pensamientos", pero, siendo quien soy -la realidad suele ser cruel-, no pasan de "chorradas".
Vamos con algunas (no te asustes):
 - Ni el Árbol, ni el Alimerka: el pescado más fresco, del Día.
 - La alcaldesa de Madrid y el ministro de Economía, partidarios de rebajar a los doce años la edad legal para consumir alcohol. No es de extrañar, siendo como son la pareja Botella/de Guindos.
 - Mariano Rajoy, dispuesto a fomentar el baloncesto para combatir el paro, tras asistir a un partido y oir: "falta personal".
 - De nuevo Mariano Rajoy: tras declarar que a él "nadie le puede dar lecciones en asuntos sociales", se confirma su participación en el Club de la Comedia.
 - Según un estudio de la universidad de Michigan, el uso frecuente de baba de caracol no sólo produce los efectos secundarios indeseados de perder el tren, el Alsa, el bus, sino que la separación  entre parejas aumenta un 60% (efecto cuernos).
- Lo de Zara es inexplicable: en Zara Home, ni un artículo de caballero (¡cómo estará Zara Muyer!).
- Detenido por doping el exagerado ciclista francés Tête de la Course. Se veía venir: por algo siempre iba delante.
Otro día, más. Finalizo con una frase de Víctor Hugo que, a mi edad, resulta halagadora: "Aunque brille la llama en los ojos del joven, en los ojos del viejo puede verse la luz".

jueves, 19 de junio de 2014

La Roja me la trae floja

He sentido menos la eliminación de la selección española de fútbol del Mundial, que Paquirrín la pérdida de "En busca del tiempo perdido" de Proust. La prima (y no de riesgo) de 720.00 euros para cada jugador, en el caso de ganarlo, me echó para atrás, como a Rajoy una rueda de prensa. Saliese de donde saliese el dinero -parece ser que la Federación de Fútbol se maneja bien, entre otras cosas gracias a sus patrocinadores: mira por dónde pagamos a Sergio Ramos cada vez que tomamos una Mahou-, la cantidad es escandalosa, con la que está cayendo. Lejos de componendas, Xavi Alonso fue sincero: falta de motivación, bajo nivel físico, necesidad de renovación,etc.
Y, por si tuviese alguna duda, ahí está el prócer Felipe González con su adhesión incondicional (¡toma populismo!) a "la Roja"- como si analizar la debacle fuese poco menos que sinónimo de radicalismo antisistema-, en una burda manipulación patriotera.
Como Felipe debería de saber, a esta selección hace tiempo que le falta Gas (Natural).
P.D. En la imagen, Mariano, tan veraz como siempre.

 

Orgullo y satisfacción

En un día como hoy me llena de orgullo y satisfacción recordar que un catorce de abril, ante los resultados electorales, el bisabuelo de Lipesexto tuvo que coger las maletas y hacer "deslocalización". Así que aquellos que somos demócratas y republicanos -valga la redundancia- ya sabemos a qué partidos podemos (o, quizá, Podemos) votar, y a cuáles, "de entrada, no".


 

lunes, 16 de junio de 2014

Socialismo monárquico

En un estupendo artículo del brillante columnista Javier Cuervo, leo la explicación que Felipe González da sobre la cuestión monárquica y el PsoE: "no somos republicanos, somos accidentalistas". Por estos lares, más de andar por casa, al accidentalismo le llamamos "tener mucho morro".
El largo y tortuoso camino que ha llevado a su partido, sin pausa y con Prisa, a acampar en las ciénagas neoliberales, queda definido en esa cínica afirmación de Felipe, el gurú por antonomasia, quien, acostumbrado a frecuentar literatos -por ejemplo, el gran García Márquez- nos regala ahora un nuevo oxímoron: "el socialismo monárquico". ¡Toma realismo mágico! (por citar aquí otro oxímoron que hizo fortuna).
Un oxímoron es una figura literaria en la que se  hace acompañar a una palabra de un epíteto que la contradice: "silencio estruendoso", "instante eterno"...Los poetas han sacado mucho juego a las posibilidades de estas figuras, "vistiendo" a los sustantivos con ropajes poco habituales. González, ensimismado en el eco de sus propias palabras, poco dado a escuchar opiniones que no sean las suyas, nos regala en estos tiempos convulsos una sorprendente cuadratura del círculo: la de un partido que, en aras del posibilismo más pragmático, emprende un viaje sin retorno en el que, para desesperación de sus fieles más leales, va perdiendo una tras otra sus señas de identidad, pretendiendo simultanear laicismo y baboseo eclesial, republicanismo y monarquía (primero, juancarlista; ahora, felipista), obrerismo y plutocracia, progresismo social y fraudulento elitismo kitsch, en una esquizofrenia política que ha terminado por mimetizar a un partido -que sigue denominándose "socialista"- con la derecha más rancia y sin complejos de toda Europa.
Algunos entendíamos que la figura del Jefe del Estado fuese algo "cenital", imbuida de la gloria del cargo, alcanzada a través de un meritorio esfuerzo. Ahora sabemos que, para algunos otros (los "accidentalistas" entre ellos), la cuestión es más bien "genital".
No es de extrañar su visceral antipatía frente a la figura de Pablo Iglesias.Y ello a pesar de que éste falleció hace ya 89 años.

jueves, 29 de mayo de 2014

Podemos

Pienso que todo socialista (auténtico, eso sí) debería de estar contento con la aparición y, si es posible, el crecimiento de "Podemos".
Aprovecho para decir que, como radical que soy, opino que todo ser humano, por el hecho de haber naci
do, debería de tener garantizado cuatro cosinas básicas: Alimentación, Sanidad, Vivienda, Educación, Cultura, Energía. Y que, por lo tanto, estos derechos básicos no deberían ser objeto de negocio privado: deberían estar controlados por el Estado. Añadamos meter en cintura a la Banca, quitar prebendas a las religiones y mandar la Monarquía a Laponia en un crucero (sólo de ida) y ahí tengo lo esencial de mi pensamiento político.
Bueno, vale, habría que hacer algo con el megafraude fiscal y la ingeniería especulativa financiera...
Está claro que hay suficiente para erigir un digno Estado de Bienestar, pero nunca hay bastante para la codicia de algunos.
Termino esta improvisada arenga política con una frase de mi estimado Eduardo Galeano:
"La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar".
Se permite aplaudir.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Expolio

Siempre me fascinó aquella anécdota que cuenta Edward Gibbon en su obra monumental "Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano": habiendo sugerido un senador la posibilidad de uniformar a los esclavos, al momento le rebatió otro diciendo: "¡Ni se te ocurra!; entonces serían conscientes de cuántos son, y de la fuerza que tienen".
Parece ser que cuando Colón y sus secuaces llegaron a América, consiguieron deslumbrar a los indígenas con espejos y baratijas de tres al cuarto, mientras que les robaban sus apetecibles tesoros. Todo un tsunami de asesinatos, violaciones, saqueo e imposición de la fe católica a hostias, que aquí se celebró posteriormente con ese aséptico eufemismo de "Descubrimiento de América".
A finales del siglo XX y comienzos del XXI, las baratijas (móvil de última generación, televisor de plasma, automóvil con un GPS que te lleva al domicilio de Charlize Theron) lograron adormecer el sentido de identidad de los esclavos: el fontanero miraba por encima del hombro al albañil, sabedor de que la tiene más larga (la tele: tres pulgadas más), la taxista  llevaba con desgana a un panadero cuyo móvil, al contrario que el de ella, no tenía Bluetooth.
Y a este paisaje tan propicio llegaron los nuevos conquistadores, con asesinatos (suicidios, desahucios), saqueo del Estado de Bienestar, violación de nuestra inocencia, e imponiendo su religión, un fundamentalismo económico adorador del dios Mercado. Eufemismo por eufemismo, al "Descubrimiento de América" y su correspondiente Eldorado -encarnado ahora en los derechos públicos y su expolio vergonzoso- se le llama "Crisis".