lunes, 16 de junio de 2014

Socialismo monárquico

En un estupendo artículo del brillante columnista Javier Cuervo, leo la explicación que Felipe González da sobre la cuestión monárquica y el PsoE: "no somos republicanos, somos accidentalistas". Por estos lares, más de andar por casa, al accidentalismo le llamamos "tener mucho morro".
El largo y tortuoso camino que ha llevado a su partido, sin pausa y con Prisa, a acampar en las ciénagas neoliberales, queda definido en esa cínica afirmación de Felipe, el gurú por antonomasia, quien, acostumbrado a frecuentar literatos -por ejemplo, el gran García Márquez- nos regala ahora un nuevo oxímoron: "el socialismo monárquico". ¡Toma realismo mágico! (por citar aquí otro oxímoron que hizo fortuna).
Un oxímoron es una figura literaria en la que se  hace acompañar a una palabra de un epíteto que la contradice: "silencio estruendoso", "instante eterno"...Los poetas han sacado mucho juego a las posibilidades de estas figuras, "vistiendo" a los sustantivos con ropajes poco habituales. González, ensimismado en el eco de sus propias palabras, poco dado a escuchar opiniones que no sean las suyas, nos regala en estos tiempos convulsos una sorprendente cuadratura del círculo: la de un partido que, en aras del posibilismo más pragmático, emprende un viaje sin retorno en el que, para desesperación de sus fieles más leales, va perdiendo una tras otra sus señas de identidad, pretendiendo simultanear laicismo y baboseo eclesial, republicanismo y monarquía (primero, juancarlista; ahora, felipista), obrerismo y plutocracia, progresismo social y fraudulento elitismo kitsch, en una esquizofrenia política que ha terminado por mimetizar a un partido -que sigue denominándose "socialista"- con la derecha más rancia y sin complejos de toda Europa.
Algunos entendíamos que la figura del Jefe del Estado fuese algo "cenital", imbuida de la gloria del cargo, alcanzada a través de un meritorio esfuerzo. Ahora sabemos que, para algunos otros (los "accidentalistas" entre ellos), la cuestión es más bien "genital".
No es de extrañar su visceral antipatía frente a la figura de Pablo Iglesias.Y ello a pesar de que éste falleció hace ya 89 años.

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