jueves, 7 de julio de 2011

Marihuana augusta








La fecha del 11 de septiembre solemos relacionarla con esas espectaculares imágenes en las que unos aviones impactaban contra las Torres Gemelas de Nueva York. Fueron publicitadas hasta la extenuación, en un ejercicio de manipulación de la conciencia colectiva encaminado a conseguir que el rebaño aceptase de forma resignada e incluso complaciente lo que vendría después: represión, cárceles clandestinas, tortura, Guantánamo, invasión de Irak... en definitiva, parodiando el título de aquella película, "Petróleo, mentiras y cintas de vídeo".

"Habitando en el olvido", que diría Cernuda, tenemos otro 11 de septiembre, mucho más sangriento: ese día, en 1973 (no nos estamos remontando a la Edad Media), Augusto Pinochet, apoyado por EE.UU., da en Chile un golpe de estado con miles de desaparecidos, asesinados (entre ellos Salvador Allende, el presidente legítimamente elegido), torturados.. y la represión posterior, instalando una dictadura muy bien recibida por las multinacionales estadounidenses.

Pues bien, encuentro en el periódico de hoy esta noticia surrealista: "Hallada una plantación de marihuana sobre la tumba de Pinochet". La realidad, una vez más, superando la ficción. Quién nos iba a decir que aquel asesino en serie, aquel loco paranoico que arrebató la vida a tantas personas y torturó a tantas otras, iba a resultar, una vez instalado en el más allá, el benéfico promotor de una fértil fábrica de sueños. Habrá quien diga que es un intento de pagar sus culpas, repartiendo un poco de felicidad entre los fumadores. Pero uno sospecha que se trata, más bien, de sembrar una nube tóxica de amnesia histórica colectiva ( como hoy aún no he fumado ningún porro, recuerdo que la amnesia es uno de los efectos nocivos que se atribuyen a la marihuana), en busca de ese olvido que tanto le gusta a la derecha, poco dada a remordimientos y a que le recuerden sus gustos musicales en cuanto a ruido de sables golpistas.


Y en eso "Spain" no "is different":


Por si acaso, permanezcamos atentos al Valle de los Caídos.