miércoles, 16 de noviembre de 2011

Goleada



Este finde hay fútbol. Barça y Madrid juegan el sábado, y "mi" Sporting el domingo. Ese mismo día hay una goleada anunciada y segura, con la curiosa circunstancia de que todos los goles son marcados en propia puerta por el equipo derrotado (PsoE). Un equipo, el perdedor, recibe lo que se ha buscado, y otro, el ganador, lo que no se merece.

Así que tenemos, la noche del domingo, una eufórica explosión de júbilo por parte de la peña Ultrasur, vociferantes y bien alimentados, con mucha bandera y mucho patrioterismo. A partir de ahí, a recitar los consabidos mantras: confianza, austeridad, recortes y como letanía a la que acudir si es necesario, "la situación heredada". En el mercadillo de aquella Unión que alguna vez se pretendió política y social, se monta el tenderete, y a vender pupitres y quirófanos. En cuanto a las medidas a adoptar sobre el fraude fiscal, los Botines, Urdangarines, Iglesia, Monarquía, la cueva de Alí Babá en Suiza...ni están ni se les espera.

Ambos equipos difieren esencialmente en el electorado: mientras el PP tiene unos seguidores acríticos que le garantizan unos diez millones de votos, una parte de los votantes del PsoE poseen una visión exigente - "no nos falles", dijeron aquella noche a ZP- que se desmarca de esa opción política cuando se sienten decepcionados, lo cual ocurre con frecuencia. Así que el voto se va a otra parte, o simplemente se evapora. Como ejemplo, baste citar lo que sucede con los casos de corrupción en las autonomías: mientras que en un caso el corrupto -PsoE- recibe un voto de castigo, en el otro -PP- suelen hacerle la ola y regalarle un palco en el Bernabeu.

Si se hace una política de derechas, que no la efectúe un partido que sigue llevando en sus siglas la S y la O. Continuismo respecto al gobierno anterior (corrupción urbanística, burbuja inmobiliaria), haciendo caer el peso de la crisis - denominada con más propiedad "Gran Estafa"- sobre los de siempre, muchos de los cuales son sus propios votantes. Magnates y grandes fortunas, bajo palio. En definitiva, lo que técnicamente se llama "escupir parriba". Ahí tenemos un problema de coherencia.

Asistimos alucinados a una realidad política heavy en la que los golpes de estado - Grecia, Italia...- se ejecutan desde la especulación financiera (qué lejos aquel tiempo currojimenista de "¡quieto todo el mundo"!) mientras que se reserva el tradicional aparato militar para cuando se olfatea petróleo. En cuanto a los ciudadanos-súbditos, somos como cándidos niños a quienes se les suministra una medicina nauseabunda, por supuesto siempre por nuestro bien...¡nosotros qué sabemos!.

Respecto a Rubalcaba, inmolado en la pira hecha con los libros de Marx y Engels que amontonó Mercados -un descendiente de Fahrenheit 451-, se aguardan con impaciencia sus memorias póstumas, en las que cuenta cómo le entraron ganas de hacer socialismo cuando estaba a punto de dejar el gobierno.


P:D. Peli imprescindible sobre la Gran Estafa: "Inside Job"



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