martes, 20 de marzo de 2012

Especular



A estas alturas de la debacle/estafa que nos zarandea, hasta el más tonto de la clase sabe que la economía real, productiva, está presa dentro de un castillo de naipes en el casino financiero que ha montado la economía especulativa. Que la maestra que enseña con paciencia, el tendero que abre su tienda a la mañana, el electricista que dirime corrientes, la agricultora que siembra ilusiones, el albañil que ordena ladrillos, la médica que prolonga vidas...se han convertido en débiles marionetas, enlazadas a unos cables manejados por entes remotos y difusos de avaricia insaciable. Que somos los vagones de aquel tren descarrilado de "Los Hermanos Marx en el Oeste", sacrificados para alimentar la caldera de una locomotora -el sistema capitalista- desenfrenada y sin rumbo; la única opción sensata: apearse y cambiar de medio de transporte. Aunque el bajarnos nos produzca algunas magulladuras.
Tal vez estemos asistiendo no sólo a una época de cambios sino también a un cambio de época. Quizá seamos los protagonistas ignorantes de un capitalismo en sus últimos estertores, un sistema que prima el tener sobre el ser, la apariencia sobre la esencia, lo superfluo sobre lo necesario.
En todo caso, el cataclismo está produciendo la involuntaria consecuencia de enfrentarnos a nuestro sistema de valores -efecto y causa de la sociedad que nos estamos dando-, como un cruel e insobornable espejo que nos presentara nuestras carencias. No olvidemos que "especular" es, ante todo, "relativo al espejo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario