miércoles, 12 de mayo de 2010

Kafka y la muñeca viajera




Es una anécdota conocida, al menos entre aquellos que estamos poseídos por el "vicio" de la lectura. Parece ser que el gran escritor checo Franz Kafka estaba un día paseando por el parque berlinés de Steglitz acompañado de su pareja, cuando oyeron llorar a una niña. Al preguntarle los motivos de su llanto, ésta les respondió que había perdido su muñeca. "¡Qué va, se ha ido de viaje!", le contestó Kafka. "¿De viajeee...? ¿Y tú cómo lo sabes?". "Porque me ha escrito y me lo ha dicho"."¿Y dónde está la carta?". "La tengo en casa". "Pues tráemela para que pueda leerla". "Ven mañana al parque y te la traeré. La leeremos juntos".
Aquella noche escribió la carta y se la enseñó a la niña al día siguiente. Le contaba que quería ver mundo, y que le perdonase por no habérselo dicho. La niña se mostró interesada en el viaje, haciéndole muchas preguntas. Él siempre le respondía: "Precisamente eso es lo que me cuenta en la carta de hoy". Durante un montón de semanas, hizo viajar a la "niña-muñeca", conocer a otro muñeco guapísimo, que le gustaba mucho....hasta que al pasar el tiempo la niña perdió el interés; entonces, Kafka "casó" a la muñeca y la envió a un país lejano, mientras que avisaba que no escribiría más. Esta anécdota la cuenta Paul Auster en uno de sus libros, creo que en "Brooklyn Follies". También la utiliza el escritor Jordi Sierra i Fabra en su obra juvenil "Kafka y la muñeca viajera".
Los libros de Kafka han sido siempre objeto de múltiples interpretaciones: autor que reflexiona sobre la alienación del ser humano, analista de los entresijos del poder, existencialista....Seguramente la escritura del checo es todas estas cosas y otras más; la anécdota del parque da un toque de ternura a la imagen pública del creador de una obra tan influyente como inquietante.
Para terminar, las recomendaciones del día, para mis lectores de allende el Pacífico: un libro, "El proceso", de Kafka: el individuo, en manos del absurdo poder arbitrario; una música, la canción "River of tears" (qué se va a hacer, uno es genéticamente melancólico) del gran Eric Clapton; finalmente, una película: "Tiempos modernos", una obra genial de un genio, Charles Chaplin: humor, ternura, reflexión, análisis del presente y anticipación del futuro, sensibilidad con mayúsculas, el ser humano cono referencia constante... en definitiva, el no va más. Debería ser de visión obligada en las escuelas.

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