lunes, 21 de septiembre de 2009

Una historia de amor



Jaime estaba saboreando el chupito de orujo posterior a la comida, cuando en su mente vacía se introdujo el sonido del teléfono móvil. "Siempre tienen que llamar cuando uno está haciendo algo importante", pensó, en la reflexión más profunda de lo que llevaba de día.


"-Jaime, ¿eres tú?


-Sí, soy Jaime Empaz.


-Jaime, soy Amparo.


-Perdone, pero fiché el lunes día 6. Tengo por aquí el papel que lo acredita.


-¿Qué dices?


-¿No es del paro?


-!Que soy Amparo!


-Caray, Amparo !cuánto tiempo!, no sé, tal vez tres o cuatro...lustros?


-Verás, me he esforzado en conseguir tu móvil...¿eso quiere decir algo, no?


-Devuélvemelo.


-¿El qué?


-El móvil. Es el único que tengo.


-Estaba viendo el documental de animales de la 2 cuando me acordé de tí y me dije: !voy a llamarlo!.


-Es lo más romántico que he oído desde el anuncio de bajada de tarifas de Corporación Dermostética.


-Lo nuestro fue bonito mientras duró.


-Y lo mío maravilloso cuando finalizó.


-Nos merecemos una segunda oportunidad.


-Tú tal vez. Yo aún no he matado a nadie.


-Fíjate si estoy animada que tengo la intención de pedirte una cita.


-"Un estúpido nunca se recupera de un éxito".


-¿Qué?


-¿No querías una cita?: "Un estúpido nunca se recupera de un éxito", Oscar Wilde.


-¿Quedamos en ir a cenar?


-No, que me recuerda el día que rompimos...


-Admite que lo recuerdas con tristeza...


-...que rompimos tres copas, del Martínez Lacuesta que llevábamos trasegao.


-!Y después marchaste de repente!


-Cuando me senté junto a ti y me dijiste : "!no me gustas al lao!".


-!Fué un malentendido, por Dios!. Me refería al pulpo, y dije: "no me gusta salao".


-Vale, Amparo, me rindo. Intentémoslo de nuevo. Esto puede ser el principio de una gran amistad".


Y Jaime se sirvió algún que otro chupito de orujo más, comprobando las vueltas que da la vida y la sala de estar.


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