martes, 28 de febrero de 2012

La última cena



"Se mascaba la tragedia" era una de aquellas frases sentenciosas que Juanín leía en los libros de aventuras del Oeste de Zane Grey, una manoseada metáfora que anticipaba la inminente pelea entre indios y vaqueros. En aquel momento, la pelea era entre Juanín y unas devaluadas lentejas, antiguas conocidas del mediodía, humildes intermediarias entre dos obcecaciones irreconciliables: la del niño y la de su madre. Mientras ésta contemplaba absorta la recién llegada televisión y su padre repartía la mirada entre el periódico y la cena, el abuelo estaba en su mundo. Salió de él para soltar la bomba: "Hoy fui a ver a Carmina". A continuación hubo un silencio que hizo desaparecer las lentejas.

-"No hace dos años que murió mamá, y tu yendo a ver a ésa".

-"A su edad y visitando hospitales para ver a una novia chiflada de antes de la guerra".

-"¡Qué dirá la gente!".

El abuelo se incorporó, solemne, y, dirigiéndoles una mirada en la que la lástima había vencido a la indignación, murmuró: "Haber perdido una guerra para esto".

Desde aquel día cenó solo. Durante toda su vida, Juan odió las lentejas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario