miércoles, 13 de junio de 2012

El delantero mentiroso

La selección española de fútbol inició la Eurocopa con la necesidad de encontrar un sustituto a su delantero más emblemático, el asturiano David Villa. Llorente, Torres, Negredo, ¿quién sería el elegido por Vicente Del Bosque para esa tarea?. Abundaron las apuestas. Finalmente, se despejó la incógnita; la solución: nadie. Vicente, sabio humilde -a pesar de su paso por el R. Madrid-, entiende la dificultad que para una defensa tiene el encontrarse con un ataque difuso. Mismamente ahora con los mercados, esos entes borrosos y desenfocados como Robin Williams en "Deconstruyendo a Harry", que se escabullen sin que podamos atinar a darles una buena patada. Franco, Hitler, Stalin, Pinochet, la madre que los parió, eran merecidos y sólidos candidatos a concitar todas nuestras iras; bancos, fondos de inversión, aseguradoras, jugando en un medio campo brumoso, como un Iniesta etéreo  en el Lago de los Cisnes, esquivan nuestra mirada en un escorzo prestidigitador, digno de un Juan Tamariz de cuarta categoría. A esta desaparición del delantero, engordando el medio campo, algún comentarista deportivo lo ha llamado, con fortuna literaria, "el delantero mentiroso", como si de un relato de Chesterton se tratase.
Poco antes del comienzo del partido ante Italia, Del Bosque nos da el nombre del delantero misterioso: "Nadie". Los defensas italianos, como cíclopes engominados, se enfrentan al partido con atención distraída. Vicente Del Bosque es ese seleccionador sabio que ha leído la "Odisea".
P.D. Recomendación musical: aquí debería poner a Manolo el del Bombo. Pues no. Escojo el torrente de voz de Aretha Franklin, en "Respect".
 
 

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