martes, 9 de junio de 2009

Una historia verdadera



Alvin Straight tiene 73 años, es viudo, vive en Iowa con su hija discapacitada, padece un enfisema, tiene problemas de visión y de cadera y acaba de sufrir un brusco desfallecimiento. El médico le recrimina su mala alimentación y lo poco que cuida su salud. Cuando aún está convaleciente y necesita dos muletas para cualquier desplazamiento, recibe una llamada que alerta del grave estado de salud de su hermano mayor, con quien no se habla desde hace diez años. Al conocer la noticia, Alvin decide emprender un viaje en solitario hasta Wisconsin, donde vive su hermano, con el único medio de transporte que tiene a su alcance: una segadora.
Más de 500 kms y unas seis semanas de viaje.
Esta historia real le ha servido al director David Lynch para rodar una película preciosa, una road-movie de una sencillez deslumbrante, apoyada en un trabajo extraordinario del veteranísimo actor Richard Farnsworth. Un gran trabajo de fotografía y una música exquisita de Ángelo Badalamenti apoyan este recorrido físico- y viaje interior- de un ser humano frágil y sabio, resultando de todo ello una pequeña obra maestra.

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