lunes, 10 de diciembre de 2012

Al chino

Frío. Temperatura ambiente que coquetea con los cero grados. Y da igual que te abrigues: si hay cero grados, por mucha ropa que te eches encima, sigue habiendo cero grados. Por no hablar de la sensación térmica: desahucios, paro y mentiras del gobierno. Y, por si fuera poco tanto frío, el aire acondicionado: llega la Navidad.
 Estamos a punto de ver cerrar los alimerkas para ser sustituídos por esos negocios en los que pone  "Compro Oro". En la calle, miradas cabizbajas, gente que habla sola, trayectos de la desolación... Hoy en día, preguntar a alguien  "¿cómo estás?", es toda una provocación. Así que, modestamente, sugiero como terapia emocional positiva (y barata, nada que ver con ir a esquiar a Vaqueira Beret) el sugestivo plan turístico de realizar excursiones al chino de la esquina, esos negocios en los que hay de todo, incluso regaderas sin agujeros (para flores artificiales). Tienes la sonrisa garantizada, compañía segura (te siguen como a tu sombra) y te dan la hora. Me pasó el otro  día: llego, entro y digo "Hola"; "las cinco y cuarto" me contesta la sonrisa perenne.
Que no es poca cosa, con la que está cayendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario