viernes, 23 de septiembre de 2011

Collage




En la vastísima mitología griega, Pigmalión esculpía obsesivamente mujeres en las que buscaba la perfección; la diosa Afrodita se apiadó de él, y a una de ellas le insufló vida. El dramaturgo irlandés Bernard Shaw se inspiró en este mito para crear su obra "Pigmalión", en la que dos amigos apuestan acerca de la posibilidad de convertir a una rústica muchacha en una refinada moza. Más tarde sería llevada al cine como musical con el título de "My fair lady", con la encantadora Audrey Hepburn.
La tendencia a modelar a la otra persona es uno de los frecuentes accidentes de tantas y tantas parejas ("parece ser que en los tríos hay más respeto democrático"). Por otra parte, el ser humano no es otra cosa que material frágil y maleable que la vida, cual Pigmalión travieso y escurridizo, moldea a su antojo, mientras aguardamos en vano la llegada de una providencial Afrodita que nos infunda el alma. En esa vana espera, acumulamos certidumbres de andar por casa, dudas magistrales, ausencias devastadoras, balsámicos olvidos, aciertos y errores, el mundo en una mirada, la vida en una presencia, el estruendo en un silencio...en una suerte de "collage": marionetas, al fin, de una obra de autor desconocido, en la que se nos escapa la figura que organiza el guiñol.


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