El fallecimiento de Mario Benedetti, no por esperado menos traumático, nos deja hoy un poco más a la intemperie, en un mundo necesitado de la sencillez poética de su palabra. Defensor a ultranza "de la alegría" desde las barricadas "de los afectos", su poesía desenmascara la vacuidad afectada de los poetas rebuscados y solemnes.
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